En este artículo, analizaremos el impacto del COVID-19 en el sector bancario ya que, a raíz de la pandemia del nuevo coronavirus, tanto los reguladores como las instituciones financieras están navegando por aguas desconocidas.
Desde mantener el efectivo y la liquidez hasta reajustar las operaciones, los bancos deberán navegar por complejas medidas de apoyo del gobierno a fin de capear de manera segura la crisis actual.
Los bancos ciertamente están muy ocupados a la luz del nuevo brote de coronavirus (COVID-19). Los prestatarios y las empresas enfrentan la pérdida de puestos de trabajo, la desaceleración de las ventas y la disminución de las ganancias a medida que el virus continúa propagándose por todo el mundo.
Además de gestionar el impacto económico directo del coronavirus, los bancos deben tener un plan para proteger a los empleados y clientes de su propagación. Muchos bancos ya están comenzando a fomentar el trabajo remoto de algunos empleados.
El impacto del Covid-19 en el sector bancario
A medida que prolifera la propagación comunitaria de este virus, el impacto del COVID-19 en el sector bancario se ha notado, las alternativas a los intercambios bancarios y físicos en persona son cada vez más atractivas.
Por ejemplo, el Banco de Corea ha comenzado a poner en cuarentena las facturas que se originan en los bancos locales, manteniéndolas aisladas por hasta dos semanas. Asimismo, el gobierno chino solicitó a los prestamistas que desinfecten los billetes físicos y los pongan en cuarentena. La Reserva Federal de Estados Unidos ha instituido una práctica para aislar los billetes de banco de Asia durante siete a diez días.
Por supuesto, no es solo el papel moneda lo que se considera y trata cada vez más como un posible portador de coronavirus. Los bancos, los consumidores y los gobiernos están sopesando los riesgos de la banca en persona y optando por los canales digitales cuando tienen la opción.
El movimiento hacia la banca digital
Las agencias gubernamentales y los bancos anticipan este cambio hacia la banca digital y están tomando las medidas pertinentes. La semana pasada, el Consejo de Examen de Instituciones Financieras Federales ordenó a los bancos estadounidenses que probaran la capacidad de sus sistemas en línea para manejar la afluencia de demandas bancarias digitales. La agencia pidió «una mayor dependencia de la banca en línea, la banca telefónica y los servicios de centro de llamadas», además del trabajo remoto.
Si bien el coronavirus hace que la necesidad de servicios bancarios digitales sea más urgente, la creciente preferencia de los consumidores por la digitalización no es nada nuevo. Tampoco lo es su frustración con los viajes digitales interrumpidos que encuentran con frecuencia cuando intentan completar un proceso en línea.
Según una encuesta reciente de Lightico, el 56% de los consumidores bancarios informan que han sido redirigidos de las interacciones bancarias en línea a ubicaciones físicas. Y el 48% dice que se les ha pedido que impriman, firmen y envíen documentos por correo electrónico mientras realizan operaciones bancarias en línea.
El auge de gigantes digitales como Amazon y Netflix ha preparado a los consumidores para esperar interacciones en línea satisfactorias y completas en todas las áreas de su vida. Incluida la banca. El coronavirus acaba de servir para intensificar el deseo de las personas por los servicios digitales, convirtiéndolo en un asunto de urgencia.
¿Qué pasa con las tarjetas de crédito?
Cuando los consumidores enfrentan dificultades económicas, abrir una nueva tarjeta de crédito puede ser una opción útil para salir adelante. Pero sorprendentemente, muchos estadounidenses, por ejemplo, no están adoptando este enfoque durante la pandemia mundial de coronavirus.
En México, por los momentos no están ofreciendo los bancos calificación para tarjetas de cédito. Asimismo, las nuevas solicitudes de tarjetas de crédito bajaron un 40% desde la primera semana de marzo de 2020 hasta la última semana. Según un nuevo informe del Panel de Crédito al Consumidor de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB).
El informe analizó datos de consultas concretas o la cantidad de veces que se extrajo el crédito de los consumidores para una solicitud. Los resultados revelaron que la industria de las tarjetas de crédito no es la única que experimenta una caída; las consultas sobre préstamos para automóviles han disminuido en un 52% y las consultas sobre hipotecas en un 27%.
Las tarjetas de crédito experimentaron la segunda mayor disminución en cuentas morosas, y los consumidores redujeron el número promedio de cuentas vencidas de 30 a 59 días en un 3,9% entre enero de 2020 y junio de 2020, según datos de Experian.
Sabemos que es una situación muy dura que muchas personas y familias viven. Sin embargo, traemos unos consejos para:
¿Cuándo solicitar una nueva tarjeta de crédito durante tiempos de pandemia?
- Tiene crédito bueno o excelente: esto le permite calificar para las mejores tarjetas de crédito. También aumenta sus posibilidades de obtener financiamiento promocional del 0%, lo que puede ayudarlo durante un despido o una licencia.
- No tiene deudas de tarjetas de crédito: esto asegurará que no agregue más deudas con intereses altos además de lo que ya está luchando por pagar.
- Tiene un fondo de emergencia: esto actúa como una red de seguridad para gastos inesperados y aumenta su capacidad para pagar el saldo de su tarjeta de crédito todos los meses.
Aquí hay algunas situaciones en las que puede ser una mala idea solicitar una tarjeta de crédito:
- Tiende a gastar fuera de sus posibilidades: una tarjeta nueva proporciona más crédito, lo que puede ser riesgoso si gasta en exceso de forma crónica.
- No puede pagar la deuda actual de su tarjeta de crédito: si actualmente tiene una deuda de tarjeta de crédito, considere la posibilidad de abrir una nueva tarjeta. Una tarjeta de transferencia de saldo puede ayudarlo a salir de deudas con un período de APR introductorio del 0% .
- Recientemente solicitó productos de crédito: cada nueva solicitud generalmente resulta en una gran pérdida de su crédito, lo que puede afectar sus probabilidades de calificación.
- Perdió su trabajo: si tiene ingresos reducidos, esto puede reducir sus posibilidades de ser aprobado. Ya que, los prestamistas lo ven como que tiene fondos limitados para pagar la deuda.
- Planea solicitar un préstamo hipotecario o para automóvil: debe limitar las consultas antes de solicitar los principales productos crediticios. De esta manera aumentar sus posibilidades de obtener las mejores tarifas.